Agosto llegó con lluvias diarias. Mis favoritas eran las nocturnas, el sonido de la lluvia golpeando el tejado y las ventanas junto con algún trueno a la distancia me arrullaba.
Esa noche del 18 estaba muy fría como si quisiera nevar. Los leños crujían dentro de la estufa. Eran las nueve de la noche y no sé por qué me dio sueño, generalmente me acostaba hasta la medianoche o poco después. El cansancio me venció y me fui a la cama hipnotizado, no había sido un día duro como para terminar así. Envié un mensaje y no esperé respuesta. Me dormí apenas toqué la almohada.
Desperté en un campo verde, como los que salen en las películas de dragones que te encantan. El cielo estaba azul con nubes a la distancia y el sol brillaba con todo su esplendor. Los riachuelos surcaban el lugar. Los frondosos árboles se estiraban hasta el cielo queriéndolo alcanzar. Una hada -como las que tanto te fascinan, mi amor- se me acercó con delicadeza. Sus facciones me recordaban a ti: ojos amielados, labios finos, cabello ondulado y tez blanca; hasta se sonrojaba cuando me le quedaba viendo -justo como tú-. Danzó en el aire, revoloteando alrededor mío.
Me guio hacía un claro no muy lejos de donde desperté. El suelo estaba nivelado y el césped parecía plantado a propósito, como el de la cancha de futbol. La pequeña hadita comenzó a iluminarse , se me acercó y me besó en la frente.
— Descansa, mi amor. Te amo.
Su voz se me figuró a la tuya. Sentí el beso cálido, con un amor muy profundo.
Luego se fue volando con lentitud al césped que ahora tenía un rectángulo dibujado. Se iluminó tanto que la luz me cegó solo por un instante hasta que se plantó en el suelo y allí se desvaneció. Sentí un escalofrío que me recorrió la columna y una punzada en el pecho. Me entristeció que se fuera.
El sonido de mi celular me despertó a la 12:32 de la madrugada.
Extracto del Diario personal:
19 de agosto, tres de la mañana
Siempre he escrito para procesar mi vida. Estoy con tu familia en el hospital. Hace una hora y media tu mamá me llamó llorando. Tuviste en un accidente de auto.
Tu vida expiró. El amor de mi vida acaba de irse.
¿Por qué? Podría escribir mil maldiciones, pero no tú no te mereces esto...
Acaba de amanecer. Estamos cansados de llorar, sin fuerzas. Tenemos preguntas, reclamos, dolor...
Tránsito nos dice que el accidente ocurrió alrededor de las nueve. Al parecer fue una combinación de malas condiciones climáticas y el uso de celular. Siempre te decía que no mandaras mensajes mientras manejabas, y mira... Tu auto salió de la carretera y cayó en uno de los canales de riego.
¿Qué decía el mensaje?
"Descansa, mi amor. Te amo"
Todo esto ocurrió mientras llovía...
- J. A. Valenzuela
Tan triste pero tan real, me encantan tus escritos. No te detengas
ResponderBorrarMuchas gracias, me encanta que los leas. El blog seguirá actualizándose con regularidad.
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